por VERÓN » Jue Dic 15, 2005 11:36 pm
Hola a todos.
Dado que andaba un poco aburrido, me dediqué a ver los hilos que había por aquí, y creo que no está de más hablar de una aventura ferroviaria que me ocurrió allá por 1997 si no recuerdo mal, cuando estaba yo metido en la denominada "edad del pavo".
Había pasado unos días en una casa de verano de unos amigos en Pola de Gordón(León), y para realizar el viaje de vuelta(en el de ida me llevaron en coche), me vine en el regional León-Gijón del mediodía. No recuerdo a qué hora pasaba por la estación polesa pero, pero sí recuerdo que llegaba a Gijón-Cercanías a las 16:42, según el horario. El caso es que el tren que me llevó "a la aventura" fue un electrotren de la serie 432. Pasó a la hora prevista. Al cojerlo, me senté y comenzó el viaje. Todo empezó muy bien, hasta que el tren llegó a la estación de Villamanín, donde, tras cargar y descargar pasajeros, se quedó hasta 20 minutos parado. Yo, en medio de la sorpresa, empecé a pensar que el 432 se podía haber estropeado, pero nada de eso. El problema resultó ser el enorme retraso que llevaba acumulado el Intercity Madrid-Gijón, pues pasados esos 20 minutos, un electrotren de la serie 448(los de la subserie conocidos como "lavadoras", creo) nos adelantó. Tras el paso de este tren, debieron pasar otros 5 minutos hasta que mi regional volviera a reiniciar su marcha. Todo parecía indicar que el viaje ya podía transcurrir tranquilo, pero poco antes de entrar en las agujas de la estación de Busdongo, las luces interiores se apagaron y el tren fue perdiendo fuelle, quedandose parado en pleno cambio de vía. Debido a lo que fuera, tardó otros 5 minutos en ponerse en marcha, más el minuto que estuvo estacionado en el andén de la estación de Busdongo. A la salida del tren, se podía pensar ya que más de lo ocurrido no iba a pasar, pero todavía hubo una parada técnica de unos 10 minutos en Pajares(allí por entonces ya no paraba ningún tipo de tren, salvo casos de cruces) para cruzar con un bobinero que iba remolcado por una 251 con sus "bigotes" y con los colores amarillo-gris. Ocurrido esto, ya no hubo más paradas que las que indicaba el horario, si bien el regional, todavía se mantuvo alrededor de otros 10 minutos parado en Puente de los Fierros(ya en el núcleo de cercanías) sin saber por qué, pues no se produjo ningún cruce ni nada parecido, aunque hasta Pola de Lena, el trazado todavía es de vía única. Por último, resaltar que el cruce del regional en el que iba, con el Intercity de vuelta, Gijón-Madrid se produjo en la estación de Oviedo, curiosamente en el mismo sitio que donde lo solían hacer cuando iban bien de horario ambos trenes. La hora final de llegada a Gijón-Cercanías fue sobre las 18:00(sobre las 16:35 prevista), con lo que el tren pasó por Oviedo sobre las 17:30. Teniendo en cuenta que el Intercity Gijón-Madrid debería haber salido de la estación de Cercanías a las 15:45, el tren llevaba un retraso de 1 hora y 45 minutos.
Esto último quizás haya sonado a chiste porque ha habido casos de retrasos aún mayores, pero era la primera vez en mi vida que vivía y era consciente de un retraso importante en un tren desde que me había aficionado de verdad al ferrocarril. Para mí, fue realmente un día inolvidable por las cosas que sucedieron en el viaje, y lo único que me dio un poco de "enfado", fue pensar en el poco descanso que le dieron al pobre 448 mientras estuvo estacionado en Gijón-Cercanías y pensando en que lo habrán exprimido al máximo para tratar de recuperar el tiempo perdido.
Espero que os haya gustado mi aventura ferroviaria. La verdad es que aquello fue de "ver para creer".
Saludos.