Hola:
A mi juicio las palabras de Estanislao no representan desprestigio ni menoscabamiento a los que llevamos años tratando de hacer algo, particularmente rutas bien diseñadas, sean reales o ficticias, y que de alguna manera no nos sale a plenitud como queremos, o más bien como ese editor que todos conocemos nos permita hacer algo mejor, o en última instancia bien.
Lo expreso a título personal, pués desde que conocí el juego -principalmente el editor y herramientas del mismo-, más unos buenisimos tutoriales, creí que todo iba a ser fácil; craso error. Luego de algunos meses peleándome con el REDC, mandando a la "divina..." al editor, ofuscándome conmigo mismo, odiando al resto de los que si podían realizar algo, me permití reflexionar, y ahora con los argumentos de Estanislao comprendo más aún
que hacer algo no es sinónimo de hacer un ruta bien hecha, acudiendo a toda a enseñanza técnica como histórica de la misma, más allá de que sea una escala real o ficticia de ese trazado ferroviario.
En estos casi cuatro años que llevo con ustedes, he aprendido y analizado distintos aspectos y formas de enfrentarme frente a un desafío, que no es sino diseñar mi propia ruta; sin embargo, he perdido en dos oportunidades todo el desarrollo de ésta, y todo por apresuramientos innecesarios y amurramientos tanto del ordenador como del mismo juego.
Entonces, como sé que a otros también les ha sucedido, pienso, reflexiono, y estas frases de Estanislao me vuelven a la realidad: No por apresurame, no por demostrar algo que no soy, o mejor dicho que no puedo realizar de inmediato, debo de hacerlo a buenas y ligeras, denotando falta de criterio en la ornamentación de la misma, en errores visuales catastróficos y hasta infantiles. Paras evitar eso me he valido de los argumentos de los demás creadores en sus respectivos hilos de creación de rutas, y ¡Por Dios! que se aprende cada día algo nuevo, a partir de sus experiencias y comentarios.
Por eso las palabras de mi buen amigo Estanislao las tomo no como un trato indiferente, altanero, o despreciativo, más bien lo recojo humildemente como un desafío a futuro, una constante de mejoramiento contínuo y una rigurosidad personal -según mis capacidades y experiencias- que me enfrente a retos mayores el día de mañana.
Es cierto, esto no es un sacerdocio, como dice Javier, pero cuando te gusta lo que haces, te emocionas con ello y sufres porque tus objetivos trazados se te complican -como los artistas-, miro al horizonte, observo a mis hijas que están creciendo y doy gracias por un nuevo día vivido, y me digo: "Mañana será otro día, y el editor no me la ganará".
Saludos Detallistas